La Fe Bahá'í es la más joven de las religiones independientes del mundo. Su fundador, Bahá'u'lláh(1817-1892), es considerado por los bahá'ís como el más reciente en la cadena de Mensajeros de Dios que se extiende mucho más allá de lo que recuerda la historia y que incluye a Abraham, Moisés, Buda, Zoroastro, Cristo y Mahoma.
La idea central del mensaje de Bahá'u'lláh es que la humanidad es una sola raza y que ha llegado el día de su unificación en una sociedad global. Bahá'u'lláh dijo que Dios ha puesto en marcha fuerzas históricas que estan derribando barreras tradicionales de raza, clase, credo y nación y que con el tiempo crearán una civilización universal. El principal desafío al que se enfrentan los pueblos de la tierra es el de aceptar el hecho de su unidad y de ayudar a los procesos de unificación.
Uno de los propósitos de la Fe Bahá'í es ayudar a hacer posible esta respuesta. Una comunidad mundial de unos cinco millones de Bahá'ís, representativos de la mayoría de las naciones, razas y culturas de la tierra, trabaja para llevar las enseñanzas de Bahá'u'lláh a la práctica. Su experiencia será una fuente de estimulo para todos los que comparten su visión de la humanidad como una familia global y de la tierra como un solo hogar.
Bahá'u'lláh enseñó que hay un solo Dios cuyas revelaciones sucesivas de Su voluntad a la humanidad han constituido la principal fuerza civilizadora de la historia. Los agentes de este proceso han sido los Mensajeros Divinos, a quienes los hombres ven básicamente como fundadores de sistemas religiosos distintos, pero cuyo propósito común ha sido el de conducir a la raza humana a la madurez espiritual y moral.
Actualmente la humanidad está llegando a su madurez. Esto es lo que hace posible la unificación de la familia humana y la construcción de una sociedad pacífica global. Entre los principios que promueve la Fe Bahá'í como vitales para alcanzar esta meta figuran:
el abandono de todas las formas de prejuicio.
asegurar a las mujeres plena igualdad de oportunidades con los hombres.
el reconocimiento de la unidad y relatividad de la verdad religiosa.
la eliminación de los extremos de pobreza y riqueza.
conseguir la educación de todos.
la responsabilidad de cada persona de buscar la verdad independientemente.
el establecimiento de una federación mundial.
reconocer que la verdadera religión está en armonía con la razón y la búsqueda del conocimiento científico.
Un Modo de Vida
Bahá'u'lláh ensenó que cada ser humano es "una mina llena de piedras preciosas"que ni siquiera el dueno conoce, y menos todavía los demás, y que es de valor inagotable. El propósito de la vida es desarrollar estas capacidades en beneficio de la propia vida y también para el servicio de la humanidad. La vida en este mundo, segun Bahá'u'lláh, es como la vida de un niño en el vientre de su madre: las facultades morales, intelectuales y espirituales que desarrolle aqui un ser humano con la ayuda de Dios, serán los"miembros" y "órganos" que necesitará el alma para su propio progreso en los mundos más allá de este terrenal.
En consecuencia, el modo de vida que procuran cultivar los bahá'ís es aquél que estimule el desarrollo personal. La oración y meditación diaria liberan al alma de las pautas condicionadas y lo abren a nuevas posibilidades. Participando en proyectos con personas de diversas procedencias derriba prejuicios tradicionales. Se evita el uso del alcohol o de drogas narcóticas, excepto cuando esten prescritas por razones médicas, porque estas sustancias acaban aniquilando la mente. Lo mismo ocurre con el hábito de la murmuración, que debilita la confianza entre la gente y arruina el clima de unidad del que depende el progreso humano. Los escritos de Bahá'u'lláh conceden gran importancia a la institución de la familia como base de la sociedad humana. Se subrayan especialmente la santidad del matrimonio, el reconocimiento de la igualdad del marido y la mujer y el uso de la consulta.
Datos de la Historia
Un padre Bahá'i y su jóven hijo quienes fueron arrestados y ejecutados por su creencia, Siglo XIX, Irán. Para los bahá'ís, el proceso evolutivo es un aspecto esencial de todos los fenómenos de la vida incluidas las revelaciones de Dios. La serie de etapas a través de las que apareció y se estableció gradualmente por el mundo su propia Fe es en sí una expresión de este principio.El nacimiento de la Fe Bahá'í también ha venido marcado por un segundo rasgo común al período formativo de la historia de cada una de las religiones mundiales anteriores. Las implicaciones de una nueva etapa en el despliegue de la voluntad de Dios generalmente no son bien recibidas por los sectores influyentes de la sociedad. El resultado ha sido frecuentemente una armarga persecución a los creyentes de la nueva fe. Durante su primer siglo y medio de vida la Fe Bahá'í ha pasado por varios períodos de tales opresiones.
El Báb (1819-1850)
El 23 de mayo de 1844, en Shiraz, Persia, un joven conocido como el Báb anunció la inminente aparición del Mensajero de Dios que esperaban todos los pueblos del mundo. El título Báb significa "la puerta." Aun siendo portador de una revelación independiente de Dios, el Báb declaró que su propósito era preparar a la humanidad para este advenimiento.
Este anuncio provocó enseguida una persecución salvaje por parte del clero musulmán dominante. El Báb fue arrestado, apaleado, encarcelado y finalmente, el 9 de julio de 1850, fue ejecutado en la plaza pública de la ciudad de Tabriz. Alrededor de 20.000 de sus seguidores perecieron por toda Persia.
El majestuoso edificio de cúpula dorada y rodeado de bellos jardines que domina la bahía de Haifa es hoy el Santuario donde están enterrados los restos mortales del Báb. Bahá'u'lláh (1817-1892)--El Fundador de la Fe Bahá'í
Nacido en 1817, Bahá'u'lláh era miembro de una de las grandes familias patricias de Persia. La familia podía trazar su linaje hasta las dinastias reinantes del pasado imperial persa y contaba con riquezas y amplias propiedades. Rechazando estas ventajas que le ofrecían su posición en la corte Bahá'u'lláh se hizo famoso por su generosidad y amabilidad lo que le ganó el profundo amor de sus paisanos.Esta posición privilegiada no tardó en desaparecer tras anunciar Bahá'u'lláh su apoyo al mensaje del Báb . Sumergido bajo las olas de violencia levantadas contra los bábís tras le ejecución del Báb, Bahá'u'lláh no sólo sufrió la pérdida de todas sus posesiones terrenales sino que fue sometido a encarcelamiento, tortura y una serie de destierros. El primero fue a Baghdad donde, en 1863, anunció que Él era el prometido por el Báb. Desde Baghdad, Bahá'u'lláh fue enviado a Constantinopla, a Adrianóapolis y finalmente a Acre, en Tierra Santa, donde llegó como prisionero en 1868.
Desde Adrianópolis y después desde Acre, Bahá'u'lláh dirigió una serie de cartas a los gobernantes de su época, unos documentos que habría que catalogar entre los más destacados de la historia religiosa. En ellos proclamaba la proximidad de la unificación de la humanidad y el nacimiento de una civilización mundial. También llamaba a los reyes, emperadores y presidentes del siglo diecinueve a reconciliar sus diferencias, a limitar sus armamentos y a dedicar sus energías al establecimiento de la paz mundial.
Bahá'u'lláh falleció en Bahjí, a poca distancia al norte de Acre, y allí está enterrado. Sus enseñanzas ya habían comenzado a extenderse más allá de los confines del Oriente Medio y su Tumba es hoy el punto focal de la comunidad mundial que esas enseñanzas han originado.
`Abdu'l-Bahá (1844-1921)
Desde Su primera infancia, 'Abbás Effendi, hijo mayor de Bahá'u'lláh, compartió los sufrimientos y destierros de su padre. Tomó como título `Abdu'l-Bahá, el "siervo de Bahá." Bahá'u'lláh le nombró el único intérprete autorizado de las enseñanzas bahá'ís y la Cabeza de la Fe tras su propio fallecimiento. En `Abdu'l-Bahá se veía un ejemplo perfecto del modo de vida bahá'í.
Mientras 'Abdu'l-Bahá era aún prisionero de los otomanos, llegaron los primeros peregrinos bahá'ís del mundo occidental a Acre en 1898. Tras su liberación en 1908, `Abdu'l-Bahá comenzó una serie de viajes que entre 1911 y 1913 le llevarían a Europa y América. Allí proclamó el mensaje de Bahá'u'lláh de unidad y justicia social a congregaciones eclesiásticas, sociedades pacifistas, miembros de sindicatos, facultades universitarias, periodistas, oficiales del gobierno y a todo tipo de público.
`Abdu'l-Bahá falleció en 1921, habiendo consolidado los cimientos de la Fe Bahá'í y expandido enormemente su alcance. Está enterrado en las habitaciones septentrionales del Santuario del Báb, siendo éstas un lugar de peregrinaje para los bahá'ís que visitan elCentro Mundial de su Fe.
La Unidad de los Bahá'ís
Para ser eficaz en la promoción de la unidad mundial, la Fe Bahá'í misma debe estar firmemente unida. La unidad bahá'í ha sido asegurada al estar previsto en los escritos deBahá'u'lláh y 'Abdu'l-Bahá que proporcionan guía de autoridad sobre el propósito de la revelación de Bahá'u'lláh y sobre la administración de los asuntos de la comunidad bahá'í internacional. Estas previsiones han protegido a la comunidad bahá'í del sectarismo a lo largo del primer siglo critico de la existencia de la Fe y la han capacitado para adaptarse a los requerimientos de una civilización que evoluciona rápidamente. Las instituciones dotadas de esta autoridad son la Guardianía y la Casa Universal de Justicia.
La Guardianía
`Abdu'l-Bahá, en su Voluntad y Testamento, nombró a su nieto, Shoghi Effendi Rabbani, Guardián de la Fe Bahá'í e intérprete de sus enseñanzas. Shoghi Effendi sirvió como tal hasta su muerte en 1957. Durante estos treinta y seis años el Guardián tradujo muchos de los escritos de Bahá'u'lláh y `Abdu'l-Bahá al inglés, expuso sus significados, alentó el establecimiento de instituciones locales y nacionales y guió una serie de planes encaminados difundir los ideales bahá'ís por el mundo.
En Tierra Santa, el legado perdurable del Guardián es el magnífico marco que creó para el Centro Mundial de la Fe Bahá'í. La terminación del Santuario del Báb fue trabajo suyo al igual que lo fue la construcción del edificio de Archivos Internacionales Bahá'ís. Fue también Shoghi Effendi quien diseñó y realizó los bellos jardines de Bahjí y de las laderas del Monte Carmelo.
La Casa Universal de Justicia
La Casa Universal de Justicia, ordenada porBahá'u'lláh como la autoridad legislativa de la Fe Bahá'í, comenzó a existir en 1963. Es una institución de nueve miembros elegida a intervalos de cinco años por todos los miembros de las instituciones directivas del mundo bahá'í.
Las Casa de Justicia dirige los asuntos espirituales y administrativos de la comunidad internacional bahá'í. También sirve como custodia y fideicomisaria de los lugares sagrados bahá'ís y otras propiedades en Tierra Santa. Dotada por Bahá'u'lláh de la autoridad para legislar en todos los asuntos no establecidos en las escrituras baháís, la Casa de Justicia es la institución que mantiene a la comunidad bahá'í al día en un mundo en cambio constante.
Creencias espirituales de la Fe Bahá'í
LO QUE BAHÁ'U'LLÁH ENSEÑA ACERCA DE DIOS, LA RELIGIÓN Y LA NATURALEZA HUMANA
En la Historia, la llegada de un nuevo Mensajero de Dios representa un momento crucial de la humanidad. Cada Mensajero impulsa un renacimiento espiritual gracias al cual la persona se regenera y la sociedad logra avanzar. La revelación de Bahá'u'lláh y el resurgir espiritual que la acompaña resultan especialmente significativos al coincidir con la madurez de la humanidad.
Hay un solo Dios, Creador del Universo. A través de la Historia Dios se ha revelado a la humanidad a través de una serie de Mensajeros Divinos, cada uno de los cuales ha sido fundador de una gran religión. Entre ellos se encuentran Abraham, Krishna, Zoroastro, Moisés, Buda, Jesús, Muhammad. Esta sucesión de Maestros es el reflejo de un solo "plan divino" por el que a lo largo de la historia las personas han tenido conocimiento de su Creador y han desarrollado sus capacidades morales y espirituales. En este proceso la meta ha sido ir preparando a la humanidad para que alumbre una civilización global, única y en continuo progreso. Bahá'u'lláh es el último de los Mensajeros en revelarnos la voluntad de Dios.
Esto es en síntesis lo que Bahá'u'Iláh enseña sobre Dios, la religión y la humanidad. Los bahá'ís suelen expresar estas creencias remitiéndose sencillamente a la unidad de Dios, la unidad de la religión y la unidad de la humanidad. En efecto, la unidad es el tema en el que se engloban todas las demás creencias baháís. Dicho en términos teológicos, la unidad se hace patente en la existencia de un plan único de Dios para la humanidad.
Junto con estas ideas se encuentra esa otra según la cual la persona es un ser esencialmente espiritual. Aunque los seres humanos posean un cuerpo físico, lo que mejor los identifica como tales personas es el alma invisible, racional y sempiterna.
El alma anima al cuerpo y distingue a la persona del animal. Crece y se desarrolla mediante la relación con Dios, de acuerdo con la especial mediación de Sus Mensajeros. La relación se alimenta gracias a la oración, el conocimiento de las escrituras reveladas por los Maestros Divinos, el amor a Dios, la autodisciplina moral y el servicio a la humanidad. La vida adquiere significado a través de este proceso.
" Sabe con certeza que la esencia de todos los Profetas de Dios es una y la misma ". --Bahá'u'lláh
El cultivo de la vida espiritual no está exento de ventajas apreciables. En primer lugar, la persona desarrolla algunas de las cualidades innatas que son causa de la felicidad humana y del progreso social, como por ejemplo fe, valor, amor, compasión, honradez y humildad. A medida que estas cualidades se patentizan, tanto más progresa la sociedad.
Otro de los efectos del desarrollo espiritual es la disponibilidad del alma hacia Dios. Al acercarse a Dios la persona se prepara gradualmente para la otra vida. Tras la muerte fisica, el alma emprende un nuevo camino hacia Dios a través de "mundos" o planos de existencia. En términos tradicionales el progreso en esta travesía se asemeja al "cielo". Pero si el alma no se desarrolla, permanece entonces distante de Dios, en lo que la teología cristiana y musulmana denominan "infierno".
En la Historia, la llegada de un nuevo Mensajero de Dios representa un momento crucial de la humanidad. Cada Mensajero da impulso a un reverdecer espiritual gracias al cual la persona se regenera y la sociedad logra avanzar. La revelación de Bahá'u'lláh y el resurgir espiritual que la acompaña, resultan especialmente significativos al coincidir con la madurez de la humanidad.
Bahá'u'lláh enseña que la humanidad, en cuanto existencia colectiva, ha entrado hoy día en su etapa de madurez. Al igual que sucede cuando un adolescente llega a la madurez, nuevas posibilidades de autorrealización se abren. Empresas de alcance mundial antes desechadas por imposibles son ahora realizables, como por ejemplo: la consecución de la paz mundial, el logro de la justicia social a escala universal, la implantación de una tecnología equilibrada, el crecimiento, la plasmación de los valores humanos y la protección del entorno natural. " Texto tomado de Los Bahá'ís, publicación de la Comunidad Internacional Bahá'í ".